Cuando naces en casa de brujas, escuchas, ves y aprendes cosas
desde tu tierna infancia, mis abuelas siempre contaban grandes historias, nos
iban transmitiendo su sabiduría en esas tardes de ocio en que nos tirábamos de
panza a escucharlas y así de una o de otra manera las nuevas generaciones
aprendíamos parte de esa historia, que con el paso del tiempo se fue alterando
y en otros casos diluyendo.
Hay cosas con las que aprendí a vivir, ciertas experiencias
raras y extrañas, que de una u otra manera formaban parte del folklore
familiar, cosas que haces y aprendes a realizar en tu casa, bajo la mano de tus
abuelas, una de ellas leer mis cartas.
Cuando llegué a cierta edad, fui consciente de algunas
peculiaridades que pasaban en mi vida que no tenían otros niños, lo que por
supuesto me costó ser una fabulosa inadaptada social, afortunadamente en esa
época yo era mucho más despistada y contaba con un par de maravillosas amigas que
me permitieron tener una adolescencia bastante normal; finalmente me picó el gusanito
conocer a fondo el arte de ser bruja, yo sabía desde pequeña que en mi casa
teníamos una maravillosa curandera y bruja blanca, pero muchas cosas se fueron
diluyendo con el tiempo y mi bisabuela no vivió muchos años más, así que empecé
mi búsqueda, desenterrando un poco de polvo, aprendiendo de aquí y de allá, en
mi caminar he conocido gente maravillosa que me ha enseñado infinidad de cosas;
claro que, en el camino también me topé con algunos “encantadores farsantes”,
conocidos como charlatanes, pero gracias a Dios fueron los menos y así poco a
poco fue tomando forma éste proyecto y naciendo la idea de hacer una página con
el fin de compartir un poquito y quizá hacerle más llano el caminito a las
brujas nuevas, que apenas están enfrentándose a este nuevo mundo.
Siéntete bienvenida a esta mi casa, espero que encuentres la
guía que buscas y si tienes alguna duda particular, exponla y trataré de
responderte lo antes posible.
Alejandra Metri
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